Eslovaquia, un placer para los sentidos
- Camila Peña P
- Sep 12, 2016
- 2 min read
Un país lleno de bosques, castillos y ciudades mineras espera a los soñadores que en tres días quieran dejar de ser turistas comunes, y prefieran convertirse en verdaderos exploradores.

Desde Budapest, el tren es la mejor opción para llegar a Bratislava, la capital eslovaca, ciudad de coronación de los reyes húngaros durante casi 300 años. La parte más atractiva de la ciudad es su casco antiguo -que por cierto es peatonal-, en donde se concentran monumentos históricos, instituciones culturales, palacios y exclusivos cafés. Sus diminutas calles ofrecen un ambiente ideal para paseos románticos.

La primera parada no puede ser otra que la Galería Eurovea ubicada a orillas de Rio Danubio, en donde se puede caminar por el paseo marítimo. El restaurante italiano Al Faro, es una de las mejores opciones del área para tener un almuerzo no solo exquisito, sino a buen precio. Y es que la capital de Eslovaquia no solo presume de historia, sino que también es el centro de desarrollo más dinámico de Europa Central, por eso, y para introducirse en este fascinante ambiente, un City Tour es la mejor opción.

El viaje continua en el antiguo pueblo minero Banská Štiavnica, que se encuentra en medio de los bosques de las montañas Štiavnické Vrchy y que hace parte de la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Con una población de 10.900 habitantes, este destino histórico es uno de los pueblos más interesantes del país. Allí, encontrar un edificio histórico para alojarse es muy sencillo. La Penzión Cosmopolitan II ofrece a los viajeros comodidad, exclusividad y buena comida. Otra parada imperdible es la ciudad de Ruzomberok, un área antigua y religiosa en donde se encuentra la Iglesia Católica Romana de San Andrés, el Monasterio de los Escolapios y la Iglesia Católica de la Santa Cruz. El mejor almuerzo está en el restaurante The Good Shepard´s Hut.

Sigue el viaje conociendo la región norte de Eslovaquia, que es la zona turística más atractiva del territorio y que se compone por dos subregiones: Tatras -cordillera límite dividida en tres regiones: High, Belianske y West Tatras- y el norte de Spiš. En High Tatras, en el área de Tatranska Lomnica, el Grand Hotel Praha hará que los viajeros se sientan como en casa, mientras disfrutan de una vista alucinante. Estando allí, una caminata por Strbske pleso, el lago de la montaña, es obligatoria. Termine el día con una impecable cena en el restaurante del Hotel Solisko, mientras se delita con un buen vino y un paisaje sobrenatural a la orilla del lago.

Al día siguiente, y después de disfrutar de un energético desayuno, inicia el viaje hacia la cordillera Lomnicky peak. Uno de los atractivos más visitados es el funicular que va hasta la cima del pico Lomnický štít, suspendido en 1.867 metros de longitud de la cuerda. Este es un viaje con una impactante vista, que le hará vivir una experiencia inolvidable que podrá continuar con un exquisito cóctel en el pub Hummo.
Artículo publicado en la Revista Estilo de Vida todos los derechos reservados.
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